La complejidad y dinamismo que afectan a las organizaciones en busca de crear y apropiar valor han complejizado la forma en como estas definen sus modelos de negocios, lo que las ha obligado, a diseñar e implementar modelos de control de gestión integrales que consideran desde la definición e implementación de la estrategia hasta el desarrollo de sus operaciones. Para ello, el modelo de gestión debe propiciar y motivar un comportamiento de todos y todas y cada uno y una de quienes participan en la organización para implantar y controlar la estrategia de la organización. Sin embargo, muchas organizaciones no logran definir e implementar adecuadamente su estrategia que permita cumplir con la propuesta de valor, que es, el fin último de la organización.
Una explicación posible a esta situación, es que, en muchas oportunidades, se confunde el alcance de un sistema de control de gestión, con un conjunto o listado de indicadores, que buscan medir e informar en detalle el quehacer de la organización. Sin lugar a dudas, que esta visión es válida y muchas veces compartida, sin embargo, nos aleja de un enfoque sistémico y su relación causa-efecto en la organización.
En síntesis un modelo de control de gestión para que opere de forma exitosa debe comprender como se generan los resultados de una organización, lo que nos obliga, a considerar un enfoque sistémico, es decir, la organización, como un todo, y sobre todo, en un contexto de economía del conocimiento, en donde los datos y la información, recursos claves de un modelo de gestión, se transforman en recursos claves que nos ayudan a analizar los datos desde una perspectiva estratégica, con el fin de transformarla en información útil.
Actualmente, los enfoques sistémicos y de gestión son utilizados y aplicados en empresas privadas y públicas y sobre todo en estas últimas, se observa que el modelo de gestión pública, o modelo de agregación de valor público, es una mutación eficaz de la gestión privada. En términos muy simples, las empresas públicas deben considerar aspectos de carácter estratégico en definir e implementar sus propuestas de valor público, y así, dar respuestas para los grandes desafíos de la sociedad y del Estado. Para ello, debe considerar, la definición de su propuesta de valor, sus objetivos, su oferta de servicios, la estrategia de alianzas público-privadas, los procesos y funciones de apoyo y soporte, y la organización que el Estado se dará para proveer estos bienes públicos.
Para enfrentar estos desafíos cada vez más crecientes, las instituciones de educación superior están formando profesionales a nivel de pre y postgrado, que permitan ser un factor clave en proponer modelos de gestiones eficientes y eficaces. Es por ello, que las universidades están desarrollando programas de capital avanzado para desempeñarse en el ámbito del control de gestión en instituciones públicas y privadas.
En específico, por ejemplo, en la región del Biobío, los graduados del programa de Magister en Control de Gestión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, tendrán la habilidad de diseñar e implementar sistemas de gestión que permitan, controlar la
implementación y ejecución de la estrategia competitiva y corporativa en coherencia con sus objetivos en organizaciones públicas y privadas que promuevan la toma de decisiones fundadas en el análisis de información, utilizando tecnologías y modelos de minería de datos que, como se ha planteado, es fundamental para las organizaciones modernas
