Desafíos para el diseño de políticas públicas con enfoque territorial

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Blog Académico

El nuevo gobierno ha puesto un acento especial en el desarrollo de políticas industriales como forma de acelerar un proceso de desarrollo centrado en la innovación y en la llamada agregación de valor. La07 idea detrás, es que las empresas han estado perdiendo su capacidad de innovar, concentrándose en ganancias de corto plazo y esto se manifestaría, principalmente, en áreas ligadas a los recursos naturales, ubicadas en regiones. Por ello se espera con ansias el diseño de un nuevo concepto de políticas públicas orientadas hacia los territorios y que den cuenta no solamente del desarrollo de un sector económico, sino que pensado en un área geográfica que incluya factores multidimensionales tanto económicos, ambientales, sociales, políticos y culturales.

Ciertamente la construcción de políticas públicas territoriales y participativas que incorporen todas estas dimensiones, son de una gran necesidad, especialmente en un país que históricamente ha pensado el diseño de éstas desde la capital. En las últimas décadas ha habido intentos valiosos, como el enfoque de innovación regional que derivó en Innova Biobío; el de “Cluster”, en el primer gobierno de Bachelet o el desarrollo de políticas de especialización inteligentes que lideró desde Corfo, Eduardo Bitrán. Todos estos intentos generaron algunos primeros resultados, pero, sobre todo, mostraron la desnuda arquitectura en que se han intentado construir sistemas de competitividad regional y que constituyen los principales desafíos de un sistema de desarrollo descentralizado territorialmente. Mencionaré solo uno de estos desafíos que dice relación con la creación de capacidades locales.

Las capacidades estratégicas, humanas e institucionales son clave para pensar y desarrollar un proceso virtuoso de competitividad regional y no basta con generar directrices, políticas o normas, sino que los actores locales deben tener la experiencia, los conocimientos y liderazgos que les permite generar una construcción participativa pensando en la realidad local, en los escenarios futuros y las necesidades del territorio. Aquí la capacidad de generar espacios de pensamiento inclusivos con una mirada estratégica son claves, como asimismo la construcción, la generación y el análisis de información idóneo a nivel geográfico que ayude a entender desde una mirada técnica los procesos, es muy relevante. Hoy día, la mayoría de las regiones que han sido pensadas desde el nivel central no cuentan con esa capacidad de pensamiento estratégico, ni con la información, ni con la capacidad de análisis, que les permita construir las prioridades regionales, diseñar políticas públicas pertinentes y evaluarlas debidamente. La capacidad que tengan estos territorios de articularse apropiadamente con las universidades locales forman parte de un gran desafío.

Las instituciones de educación superior consideran, dentro de su misión fundamental, la formación de personas, la generación de conocimiento y la vinculación de este con el medio local. Estas tareas, a las cuales no se le ha prestado suficiente atención, deberán ser retomadas con mucha fuerza para hacer una contribución efectiva al desarrollo local. Pero ello deberá hacerse desde la cooperación con los gobiernos locales, las instituciones intermedias y la ciudadanía. Ello trae consigo también un fuerte desafío, especialmente a las universidades, de poner incentivos adecuados que permitan que sus académicos, investigadores y expertos, formen parte del circulo virtuoso del desarrollo local que se busca construir y puedan sentirse parte fundamental de este nuevo proceso de transformación territorial que se avecina.