La participación laboral femenina

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Blog Académico

La crisis que trajo la pandemia provocó que muchos trabajadores perdieran sus puestos de trabajo y pasaran a ser catalogados como inactivos en lugar de desocupados.

Si comparamos los trimestres móviles de Febrero-Abril 2020-21, la población inactiva aumentó un 4,1% en doce meses a nivel nacional. La inactividad continúa alta (43,1%) en 2021 al estar la tasa de participación laboral (56,9% en el trimestre móvil Febrero-Abril 2021) por debajo de las cifras de los últimos años (61,9% en promedio entre el 2010 y el 2019).

La incidencia de la inactividad no ha afectado a ambos sexos por igual. De hecho, la magnitud de la inactividad de las mujeres fue tan crítica que durante el segundo y tercer trimestre del 2020 la tasa de desocupación femenina nacional cayó por debajo de la masculina, revirtiendo la tendencia histórica. En el trimestre móvil Febrero-Abril 2021, la tendencia histórica se ha recuperado al ser la tasa de desocupación de las mujeres mayor a la de los hombres (10,9% versus 9,8%).

La Encuesta Nacional de Empleo revela que uno de los principales factores que obstaculizan la participación laboral femenina es el aumento de las “responsabilidades familiares” asociadas a tareas domésticas y de cuidados de personas: existe evidencia de quela presencia de menores afecta negativamente la participación de las mujeres no jefas de hogar. Esto se ha visto acentuado por las restricciones de movilidad que dificultan la colaboración de personas externas en las “responsabilidades familiares” y la falta de incentivos originada por los bonos sociales. Factores alternativos son el cierre de centros educativos o que sectores particularmente intensivos en el empleo de mujeres (comercio y servicios) se han visto más afectados por la pandemia al estar caracterizados por un elevado contacto social: la contratación de personas no se ha recuperado a la par de la actividad en estos sectores.

La pronunciada caída en la participación laboral femenina es un fenómeno mundial: según la Organización Internacional del Trabajo, el empleo femenino se redujo globalmente en un 5% en 2020, frente a un 3,9% en el caso de los hombres. Críticamente, el 90% de las mujeres que perdieron su empleo en 2020 abandonaron la fuerza de trabajo. Esto es preocupante, aun cuando las estimaciones de PIB tendencial incluidas en el Informe de Política Monetaria del Banco Central de Chile de Junio 2021 asumen que la tasa de participación femenina retomará niveles similares a los vigentes previo a la pandemia, ya que, estas estimaciones podrían verse afectadas si las mujeres experimentan dificultades en su reinserción laboral.